Oficialmente esta es la carta del día del inicio de la 2 Guerra Mundial, y que como representación de un suceso o momento en el tiempo, no la vemos desde una perspectiva psicológica, sino como un hecho literal e incluso electivo.
La invasión de Polonia estaba ya en la mente de Hitler desde hacia mucho tiempo, pero fue en el mes de abril de 1939 cuando manifiestó la decisión de llevarla acabo.
Desde el mes de agosto de 1.939, un buque escuela de la armada alemana se encontraba atracado sin que nadie se pudiera imaginar que a lo “Caballo de "Troya”, portaba dentro de sí una fuerza de asalto de alrededor de 300 marineros.
El día 1 de septiembre a las 4'45, el teniente al mando del acorazado recibió la orden de atacar la fortaleza de Westerplatte.
Y así, de una manera sorpresiva, y confusa, sin que los mismos aliados de Alemania tuvieran conocimiento de los actos en curso, la segunda Guerra Mundial comenzó.
La carta nos transmite la imagen simbólica de un suceso donde la programación, el análisis detallado y la estructuración, están presentes a través del gran trígono de los planetas en Tierra. Asi mismo,los planetas implicados en el gran trigóno sugieren un arquetípo potencialmente súbito, rápido, de connotaciones prometeicas- dionisiacas (Marte-Urano-Neptuno)de naturaleza utópico-religiosa, que solo podemos comprender cuando leemos algunos de los discursos mistico-apocalipticos de Hitler.
Extracto del discurso celebrado en la ciudad de Munich (1.926), Hitler exclamaba:
“El nacimiento del Señor, que se celebra en Navidad, es de la máxima importancia para los nacionalsocialistas. Cristo ha sido el mayor pionero en la lucha contra el enemigo mundial judío. Cristo fue el ser más combativo que nunca haya vivido en la Tierra…La lucha contra el poder del capital fue la obra de su vida y su enseñanza, por la cual su archienemigo, el judío, lo clavó en la cruz. La tarea que Cristo empezó pero no pudo terminar, la concluiré yo".
Plutón en cuadratura con Saturno y la Luna, es un patrón que nos remite al tema del "ello" Plutoniano, al de la destructiva violencia a escala masiva (la Luna, la población),a la figura arquetípica del perseguidor totalitario que ostenta el poder firmemente establecido, y que ejerce el control sin piedad.
Es un aspecto opresivo que genera compulsiones, y la busqueda de chivos expiatorios perseguidos obsesivamente.
Las aduanas, las fronteras exhaustivamente controladas, las alambradas, los guetos, y posteriormente los campos de concentración, son los símbolos de un odio que fué más allá de la ideología politica, y que llegó a convertirse en una guerra racial y una aniquilación programada(Saturno-Plutón).
Seguirá
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